En la búsqueda constante de la mejora de la productividad, la introducción de la robótica en el mecanizado de metal juega un papel clave. Las exigencias de resistencia y dureza que implica trabajar con piezas de metal son cumplidas a la perfección por los robots. A esto se le suma una enorme precisión, alta velocidad y rendimiento.
La robótica en el mecanizado de metal: de los robots industriales a los cobots
La conocida como robótica colaborativa integra robots y brazos robóticos que automatizarán distintas fases del proceso de producción. Además, están pensadas para interactuar con los trabajadores. Es lo que ya se conoce como Industria 4.0, la revolución industrial inteligente que logra mayor competitividad gracias a la ayuda del Big Data, la Inteligencia Artificial, la Internet de las Cosas (IoT) y el Machine Learning. En esta línea se encuentra el uso de los conocidos como cobots en los procesos productivos.
Desde hace décadas, los robots funcionan en las cadenas de producción industriales. En los últimos diez años los robots colaborativos se han sumado a la tarea, permitiendo llegar a aquellas partes de los procesos que no son asequibles para los robots industriales, más voluminosos y pensados para producciones masivas, permaneciendo en una posición fija y ocupando mucho espacio. Los cobots son más compactos, por lo que se pueden cambiar de emplazamiento según las necesidades de producción. Así, resultan muy útiles para series de mecanizado, torneado y fresado de pequeñas piezas.
Los cobots son equipos automatizados de producción que se programan de forma sencilla y rápida para cubrir tareas variadas —frente a la especialización de los robots— creando entornos de trabajo más seguros. De hecho, los robots tienen un peso elevado y una actividad intensiva, por lo que es necesario vigilar la seguridad de las personas que trabajan cerca. Por su parte, la robótica colaborativa tienen en cuenta el factor humano, favoreciendo la aparición de nuevas metodologías de trabajo. Además, los cobots cuentan con sensores que los bloquean si es necesario, además de ser mucho más ligeros, por lo que no hacen falta las barreras de seguridad.
Los robots colaborativos son versátiles y flexibles, lo que permite cambiar de tarea con facilidad, cubriendo varias necesidades para las que normalmente harían falta más de una máquina. Se adaptan con agilidad, por tanto a las líneas de producción de nuevos productos y son capaces de mecanizar casi cualquier forma. El software empleado por unos y otros también difiere, lo que redunda en un manejo más complejo en el caso de los robots industriales y muy asequible en el de los cobots.
Las ventajas de la robotización en la industrial metalúrgica
La realidad es que la industria del metal exige las mejores prestaciones en unas condiciones muy exigentes, con temperaturas muy altas. Incluir la robótica en los procesos de mecanizado de metal es una forma de hacer frente a estos requerimientos, a la vez que se consiguen múltiples ventajas:
- Mayor productividad y reducción de costes. Con la robótica se reducen tiempos, se gana eficiencia y se pueden ofrecer entregas más cortas, todo manteniendo la calidad del resultado final. También libera a los empleados de tareas como el cepillado, para poder dedicarse a otras más relevantes.
- Más seguridad para los operarios: disminuye el riesgo de ser lesionados durante sus tareas, al eliminar la necesidad de realizar movimientos repetitivos.
- Se estandariza la toma de decisiones, eliminando la subjetividad humana.
- Disminuyen los desperdicios y las mermas.
- Aumenta la eficiencia energética.