El latón es una aleación de cobre y zinc en proporciones que serán determinadas por las propiedades necesarias para su aplicación. Se produce por la fusión de cobre junto a la calamina, que es un mineral presente en el zinc.
Se denomina como latón, según la norma DIN 1718, a todas las aleaciones de cobre y zinc con más del 50% de cobre en peso. De hecho, la familia de los latones es la de mayor volumen producido entre las aleaciones de cobre. También pueden incluir otros metales, como el plomo, que aportará otras cualidades; por ejemplo, por su efecto lubricante disminuye el desgaste de la herramienta de corte. Si hay cobre presente por encima del 72%, la aleación se conoce como Tombac. En el caso de los latones industriales el zinc siempre es inferior al 20%.
En consecuencia, la composición del latón determinará sus características mecánicas, su facilidad para fundirse y para conformarse a través de distintos sistemas (mecanizado, fundición, forja, troquelado).
La ductilidad de esta aleación permite su transformación en frío en forma de distintos productos de latón, como barras, chapa, cinta, hilo, tubo y pletinas, todos de distintas medidas y espesores. Hay que tener en cuenta que cualquier tipo de aleación de latón que se somete a una temperatura cercana al punto de fusión se torna quebradizo.
El mecanizado del latón: rápido y productivo
El proceso de mecanizado consiste en conformar piezas a través de distintas operaciones de eliminación de material (por abrasión o por arranque de viruta). A pesar de presentar una dureza mayor a la del cobre, el latón es fácil de mecanizar, de troquelar y de fundir. Esto hace que sea muy empleado en la industria del decoletaje, dado que con su mecanizado se consiguen piezas de gran precisión y calidad sin que suponga un desgaste relevante en las herramientas. Además, permite aprovechar al máximo la maquinaria, realizando los trabajos a gran velocidad. Esto redunda en una reducción de costes y un aumento de la productividad.
Las cualidades mecánicas del latón de mecanizado dependerán de indicadores como la resistencia a la tracción, el límite elástico y el alargamiento. También habrá que valorar la velocidad de corte del proceso, el estado de la superficie de las piezas acabadas, la correcta generación de viruta, además de la vida útil del producto mecanizado.
En el vídeo de a continuación, se puede observar en detalle distintos proceso de mecanizado del latón:
Así, se obtienen piezas para aplicaciones en las que se necesita una baja fricción, situaciones en las que esta aleación tiene un excelente comportamiento. Es el caso de cerraduras, engranajes, válvulas, municiones, aplicaciones eléctricas y de fontanería, etc. Además, el latón es reciclable al 100%, por lo que se puede mecanizar chatarra para producir un nuevo latón sin perder las propiedades originales. De esta manera, tiene una huella ambiental mucho más reducida que otros materiales mecanizados.
En Alsimet ofrecemos latón para mecanizado, cerrajería y estampación. Su resistencia al desgaste, a la oxidación, a la humedad y a las condiciones salinas así como su alta conductividad, lo convierten en un metal con múltiples aplicaciones en la industria. Además, disponemos de una amplia gama de barras de latón con entregas inmediatas según las necesidades del cliente.