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El acero inoxidable y su papel en la transición ecológica

El acero inoxidable cuenta con una de las tasas de reciclado y recuperación más elevadas. De hecho, solo en envases fabricados con este material se calcula que el 80% han sido reciclados en España y por ello, no es una sorpresa que su uso represente un papel protagonista en las estrategias de economía circular de diversas industrias. A continuación, vamos a explicar las principales ventajas del uso industrial del acero inoxidable en pro de la sostenibilidad. 

Las principales propiedades del acero inoxidable

Al igual que el aluminio, el acero inoxidable es 100% reciclable. Es decir, todos sus componentes pueden ser gestionados y reconvertidos en recursos. No es un material natural, sino que es producto de una aleación. Lo que es lo mismo, se obtiene de combinar hierro con manganeso, níquel, cobre y a veces, óxido de cromo. 

Esta mezcla le atribuye unas propiedades muy potentes: es muy resistente a la corrosión y al fuego, fuerte, duradero, higiénico, hipoalergénico, flexible, versátil y con un mantenimiento de bajo coste. 

Con estas características es comprensible que sea un material muy utilizado en diferentes industrias. Con frecuencia lo encontramos en piezas de maquinaria industrial, motores, refrigeración, industria química, construcción, infraestructuras urbanas e incluso en la alimentaria, la farmacéutica o en piezas quirúrgicas del sector sanitario, además de en la joyería. De hecho, en la rehabilitación energética de edificios se suele utilizar como aislante térmico, clave para conseguir una buena eficiencia energética y confort interior.

3 razones por la que el acero inoxidable es un material sostenible 

Podemos definir como sostenible a aquel material que respeta la salud de las personas y del medio ambiente, tiene una huella ambiental baja, una vida útil, duradera, y se puede reciclar y convertir de nuevo en un recurso. El acero inoxidable cumple todos estos requisitos: 

Es inocuo

Gracias a la adición de cromo durante la aleación se forma una capa natural que protege al acero frente a la corrosión y alarga su vida útil. Esto se traduce en que tanto en el proceso de producción como durante su uso no reacciona ante el agua, otros líquidos o compuestos con los que entra en contacto, atribuyendo esta inocuidad frente a la salud de las personas y del medio ambiente. 

Su impacto ambiental es mínimo

El acero inoxidable se puede producir a partir de chatarra o con la utilización de arrabio en hornos muy eficientes desde el punto de vista energético y de uso de recursos. De esta forma, la emisión de dióxido de carbono liberada a la atmósfera es mínima. Además, es un material 100% reciclable. Se calcula que cerca del 80% de los aceros inoxidables se reciclan al finalizar su vida útil y en torno al 60% de los producidos, están fabricados con materiales reciclados. De esta forma, su cadena de producción es circular y contribuye a la reducción de residuos global y particular de cada empresa. Además, el acero inoxidable hecho a partir de materiales reciclados goza de la misma calidad que uno de primera generación. 

Tiene una vida útil larga 

Cuando hablamos de vida útil nos referimos a la cantidad de tiempo que un material puede cumplir correctamente con su función asignada, sin presentar peligros para las personas o el medio ambiente. En el caso del acero inoxidable esta vida útil es larga, consiguiendo con ello una mayor durabilidad de las piezas utilizadas, siempre y cuando se lleve a cabo un correcto mantenimiento.

En resumen, utilizar el acero inoxidable a nivel industrial asegura una alta durabilidad y resistencia con un mantenimiento de bajo coste y una gestión fácil al finalizar su vida útil, importante ante la reciente aprobación de la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados.

 

En Alsimet ofrecemos productos de acero inoxidable para usos industriales en forma de barra y chapa. Consulta con nuestras delegaciones para realizar pedidos a su medida.

El papel del acero inoxidable en la transición ecológica