El tubo cuadrado ocupa un papel destacado en la tubería estructural, por lo que es imprescindible en la construcción. También está presente en la industria del transporte y se usa para señalización, mobiliario urbano y hasta doméstico. En general, el tubo cuadrado de acero y el tubo cuadrado de aluminio son los más empleados. Pero, en el caso de los elementos constructivos, es frecuente además el tubo de hierro, siempre y cuando no exista riesgo de oxidación.
En general, las dimensiones del tubo de metal se obtiene midiendo las paredes exteriores y su grosor. El tubo cuadrado ofrece mayor resistencia y fiabilidad que el tubo redondo, y cuenta con un mayor peso por pulgada que este. Además, es más fácil de soldar que el redondo, al permitir la unión de varios tubos por los extremos. Otra ventaja frente al tubo redondo es su facilidad de almacenaje, puesto que se puede apilar sea cual sea su longitud.
Diferencias entre tubo cuadrado de acero y tubo cuadrado de aluminio
El acero, al ser hasta tres veces más pesado que el aluminio, es muy indicado para estructuras pesadas, que exigen un material que resista a la corrosión y a temperaturas extremas. Por esta razón es imprescindible en la edificación, así como en grandes estructuras. Puentes, carreteras, plantas gasísticas y petrolíferas... El tubo cuadrado de acero, fácil de cortar y soldar y con un buen mecanizado, aporta peso, tenacidad, resistencia en ambientes corrosivos y con condiciones metereológicas muy exigentes. Además, su alta maquinabilidad permite un sencillo mecanizado por arranque de viruta.
Por su parte, el aluminio es un metal más liviano que el acero, lo que convierte al tubo cuadrado de aluminio en la mejor opción en la industria del transporte, la aeroespacial y también en elementos como puertas, pasamanos o bicicletas. Aún así se emplea para fines estructurales en construcción cuando es necesario aportar fuerza media con peso ligero. Pero hay que tener en cuenta que el comportamiento del acero en condiciones exigentes es superior, mientras que el aluminio puede sufrir daños bajo temperaturas extremas. Además, el tubo cuadrado de alumiino resulta más económico y su soldadura es más fácil, aunque menos que la del acero. Presenta también una elevada maquinabilidad.
¿Cómo es la fabricación y corte del tubo cuadrado?
Se pueden elaborar tubos con soldadura (con costura) y sin soldadura (sin costura). Para fabricar tubos cuadrados de acero sin costura se aplica la extrusión en frío. El resultado son tubos con una baja capacidad de soportar cargas. Por este motivo no son indicados para grandes edificaciones. En el caso de la fabricación de los tubos con soldadura, se dobla una chapa plana de acero hasta obtener un tubo redondo, al que se le suelda el borde. Hecho esto, se conforma el tubo para aplanar sus paredes hasta que adquieran una forma cuadrada o rectangular.
El corte del tubo cuadrado dependerá del material que lo componga y de cuál vaya a ser su aplicación. Por ejemplo, para los tubos estructurales para construcción y aquellos para señalización se emplea el arranque de viruta con disco o con sierra cinta. Por otro lado, los tubos para la industria automovilísica o para mobiliario exigen una mayor precisión, por lo que se utilizan métodos de corte con baja tolerancia, como el corte por láser.
En cuanto al material, el corte de tubo de hierro cuadrado más adecuado es con láser o sierra cinta, por su dureza. En el caso del aluminio estas no son las mejores opciones, porque pueden provocar deformación del metal, por lo que la alternativa más recomendable es el láser. Por su parte, para el acero es aplicable cualquier sistema por arranque de viruta.
En Alsimet disponemos de tubo de hierro cuadrado, laminado en frío o en caliente, decapado y galvanizado, además de otros formatos como redondo, rectangular y ovalado. También disponemos de tubo de latón cuadrado, rectangular y redondo, además de tubo de cobre redondo para aplicaciones industriales y sanitarias.