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El potencial del modelo circular en la industria siderúrgica

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La siderurgia y la economía circular están unidas desde sus inicios. El reciclaje de chatarra de metal es el mejor ejemplo. Pero, en el contexto de crisis climática en el que nos encontramos, se hace esencial ir un paso más allá y adoptar una estrategia circular con una trazabilidad completa de los procesos y los materiales. Así se podrá dotar del mayor grado posible de sostenibilidad al sector, con un modelo que es aplicable a todas las áreas de la producción y de la economía, que es una fuente de empleo de calidad y un instrumento eficaz para proteger el medio ambiente.

De la economía lineal a la economía circular: empleo, ahorro y sostenibilidad

Los procesos centrados en la gestión de residuos y el reciclaje han dado paso a una visión más amplia que abarca todo el ciclo de vida de un producto, desde la obtención de materias primas hasta que se convierte en un desecho.

Pasar del modelo lineal al circular supone convertir el residuo en recurso, integrándolo en el ciclo como una parte más. Implica superar el modelo en el que las materias primas se transforman y se descartan al final de su vida útil, y pasar a uno circular en el que diseño es fundamental. La clave está en crear productos que se puedan reparar, reutilizar, recuperar y reciclar de una forma sencilla. Este planteamiento permite que el producto conserve valor al final de su vida útil, además de reducir e incluso eliminar la generación de residuos.

Por ejemplo, si se reutilizan las vigas de hierro de un edificio en nuevos proyectos de construcción, disminuirá la demanda de vigas de nueva producción. Para ello es necesario implementar un modelo circular destinado a la reutilización de materiales de construcción y a la gestion logística de los mismos. Además, supondrá el avance de los sectores dedicados a la transformación de estos materiales, creando nuevas oportunidades de negocio y de empleo, así como una menor dependencia de la actividad extractiva. A esto hay que añadir que reciclar metal supone emplear mucha menos energía de la que se necesita para elaborar material nuevo. En el caso del aluminio, este ahorro asciende hasta el 95%. En resumen, en el modelo circular todo se dirige a ganar en eficiencia, conscientes de que, para proteger el medio ambiente es clave reducir la producción de materiales finitos.

Mallazo férrico para construcción

La circularidad, consustancial a la industria siderúrgica

España se sitúa como líder en la UE en el reciclaje de acero, solo por detrás de Italia. Así, en torno al 86% de la chatarra férrica se recicla, en un ciclo infinito sin apenas pérdida de material ni de calidad. Se contribuye de esta manera a una economía más verde y más eficiente. Es más, a nivel mundial, es el material más reciclado, sumando más toneladas que el aluminio, el vidrio, el papel, el gas y el plástico juntos. También se genera valor a través del aprovechamiento de los subproductos del acero (carbono, polvo, escoria, calor, etc.), lo que además supone una reducción de la extracción de materiales. Según datos de UNESID, la siderurgia española es la industria que más chatarra férrica recicla, siendo en 2019 más de 10,6 millones de toneladas.

Las acciones enmarcadas en el European Green Deal, la hoja de ruta europea para lograr una economía sostenible, ponen sobre la mesa la importancia de utilizar materiales casi infinitos como el acero, así como otros alternativos, y el fomento de un mercado fuerte de materias secundarias. Es más, toda la producción española de acero se rige desde 2017 por los principios del Pacto por la Economía Circular. Este acuerdo fue impulsado en su momento por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, con la mira puesta en implicar a todos los agentes económicos y sociales en la transformación del modelo económico y de consumo hacia la sostenibilidad.

Las medidas incluidas en el Pacto se orientan así fomentar los productos duraderos y reciclables, de forma que también se potencie la creación de empleo. Además, se prohíbe la acumulación de residuos reciclables en vertederos y se pone como meta el reciclaje del 75% de los residuos de envases para el año 2030.

Sin duda, la cadena de suministro del acero sigue ya un modelo circular. En general el reciclaje es inherente a la industria siderúrgica, pero hay mejoras que aplicar en lo que se refiere a la trazabilidad, además de en el uso de nuevos materiales, la eliminación de barreras burocráticas que complican el reciclaje y el aprovechamiento de los subproductos, el fomento de incentivos económicos para el sector y la apuesta por la compra pública.

Economía circular en la siderurgia