El uso del láser en la industria ha permitido realizar aplicaciones innovadoras en todos los sectores. Aporta muchas ventajas con respecto a otros procesos, como es el ahorro de material, una mayor velocidad de producción, la ejecución de cortes precisos y la obtención de resultados de mucha calidad. Además, este proceso de separación térmica es flexible y se automatiza con facilidad.
En los centros de servicio de Alsimet trabajamos distintos tipos de corte de metal, ajustados a las necesidades de cada cliente. Además, ofrecemos la preparación para corte láser, a la medida requerida, con protección de PVC.
Un proceso de corte limpio y preciso
Esta técnica de corte de chapa y tubo de metal emplea el láser como herramienta principal, a través de un accionamiento robotizado en su totalidad. Se elimina la presión mecánica y el contacto sobre el material, realizando cortes con gran precisión con un láser dirigido a través de boquillas. Con un preciso sistema de espejos y una lente de enfoque se guía al haz de luz hacia el cabezal de corte de la máquina. Una vez entra en contacto con la superficie de la pieza, la calienta hasta que se funde o vaporiza. El rayo sigue la silueta elegida y va separando el material, generando así genera cortes exactos.
Los parámetros a tener en cuenta
En el corte por láser hay distintas variables que influyen en el proceso y el resultado final:
- La posición y el diámetro del foco: determinará la intensidad del rayo y la forma del corte.
- La potencia del láser: hay que establecer la energía necesaria por superficie, para superar el punto en el que el material comienza a fundirse.
- El diámetro de la boquilla: de este importante parámetro dependerá la forma y la cantidad de chorro de gas.
- El modo de funcionamiento: permite controlar si el láser se aplica en la pieza de forma continua o a pulsaciones.
- La velocidad de corte: variará según el tipo de material, de su grosor y del tipo de corte. Un buen ajuste es imprescindible para evitar la aparición de rugosidades o rebabas.
- Los gases y las presiones de corte: a través de las boquillas se aplican diferentes gases (como el dióxido de carbono, el oxígeno, el nitrógeno o el argón) con una presión variable.
Calidad, ahorro y sostenibilidad entre otras muchas puntos positivos
Las ventajas del corte por láser lo convierten en el mejor proceso para obtener resultados exigentes:
- Gran precisión y nivel de detalle: permite manejar perfiles de corte complejos, así como radios de curvatura muy pequeños. Apenas se producen rebordes, puesto que los cortes son muy limpios.
- Ahorro en los costes de producción: no hay que invertir en consumibles, y también es posible eliminar la fase de acabado o pulido.
- Permite prescindir de matrices de corte, además de realizar en todo momento ajustes de silueta.
- Se puede utilizar en todo tipo de materiales y grosores, añadiendo también información personalizada (logotipos, códigos de barras, números de serie, etc.) que serán indelebles.
- Es un proceso limpio: no se emplean elementos químicos ni contaminantes, por lo que es una clara apuesta por la sostenibilidad.
- Los resultados se pueden reproducir en gran medida sin apenas distorsión y zonas afectadas por el calor.
- Ofrece una gran versatilidad: la longitud de onda permite cortar, además de chapas o tubos de acero, materiales reflectantes como el aluminio, el cobre o el latón.
- Las herramientas no se desgastan: el cabezal no pierde propiedades con el uso continuado, lo que a la larga justifica la inversión.
En resumen, el corte por láser de acero, inoxidable o aluminio aporta más ventajas que otros cortes de metal mecánicos. Es el caso del corte por plasma, que ofrece una calidad de corte menor, implica un mayor gasto de energía y genera desechos y ruidos.
En Alsimet disponemos de una línea de corte de alto rendimiento centrada en cortar metales de poco espesor de acero inoxidable, latón, cobre y aluminio.