Los metales más empleados en construcción son el hierro y el aluminio. De hecho, las aleaciones del hierro conforman los casi omnipresentes acero, acero inoxidable y acero cortén. En general, los materiales metálicos en este sector se utilizan para crear estructuras que soportan peso y para reforzar otras. Además, es común el aluminio en carpinterías, el zinc en cubiertas, el cobre en instalaciones de electricidad y fontanería o el titanio como revestimiento inoxidable, aunque su uso es reciente.
El acero
Sin duda es el metal más usado en construcción, y también el más reciclado. Permite elaborar estructuras muy resistentes a precios bajos. Muy versátil, está presente en obras de ingeniería civil como puentes, pero también en edificaciones de todo tipo. El acero corrugado o acero de refuerzo para la construcción es esencial en combinación con el hormigón, para dar forma de manera conjunta a elementos estructurales.
Por su parte, el acero inoxidable para construcción también se usa en forma de barras macizas como refuerzo del hormigón y para la fabricación de ferrocemento. Es más, se ha comprobado que su excelente durabilidad es incluso superior al acero al carbono.
El hierro
Las vigas de hierro, elaboradas con perfiles estructurales del mismo material, son una de las aplicaciones más destacadas del hierro en la construcción. Soportan altas tensiones debidas a grandes cargas, por lo que también se emplean para pilares y forjados.
Asimismo, el mallazo férrico o mallazo de obra es imprescindible en la construcción tanto civil como industrial. Muy fácil de almacenar, transportar e instalar, con el mallazo se obtienen los mismos resultados pero con menos acero que si se usasen varillas sueltas. Además, el tubo de hierro (cuadrado, redondo o rectangular) resisten mejor a la flexión que los perfiles estructurales y son más rentables. Se utilizan en rascacielos pero también en pequeños elementos como balcones, barandillas, escaleras, andamios, etc.
El aluminio
Ligero y resistente, es fácil de manipular y de trasportar, por lo que está muy presente en la construcción. Es muy utilizado en ventanas, techos, paredes y cubiertas. Es más, resulta un gran aliado en una tarea fundamental para lograr la eficiencia energética de las edificaciones, como es el buen aislamiento térmico de la envolvente. Si a esto le sumamos su reciclabilidad, el aluminio es un material que suma a la hora de trabajar por la sostenibilidad del sector construcción.
El cobre
Es resistente, duradero, maleable y versátil, además de 100% reciclable. Lo vemos en acabados estéticos en combinación con ladrillo, vidrio o madera o como recubrimientos de fachadas, cubiertas, revestimientos en general e interiores. Pero, sobre todo, se usa en la conducción de agua, por su resistencia a la corrosión, en la climatización y para el cableado eléctrico por su excelente conductividad. Además, el cobre es fundamental en la construcción sostenible, puesto que ayuda a reducir emisiones y a mantener una buena calidad de aire interior, algo clave en la mayoría de estándares constructivos sostenibles.
El titanio
Usado primero en la industria química y en la aeroespacial, es muy ligero, extraordinariamente resistente y con un coeficiente de dilatación térmica muy bajo, que es la mitad de la del acero inoxidable. De ahí sus aplicaciones para sistemas de calefacción y refrigeración, además de en tuberías o elementos de seguridad para reforzar estructuras. También es muy extendido su uso en la arquitectura, en forma de revestimientos interiores y exteriores.
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